miércoles, 21 de octubre de 2009
Lugares aNónimos
La ciudad inevitablemente afecta la identidad de quienes vivimos en ella, esto es evidente en nuestras formas de pensar y de concebir el mundo. La ciudad nos ofrece un mundo de significados del que nos apropiamos, la ciudad parametriza el pensamiento, es algo tan natural que aprendemos a descubrir algunas de las dinámicas a las que nos invita la urbe, dinámicas que lamentablemente también pueden ir en detrimento de la humanidad.
La ciudad tiene funciones que generalmente pretenden solucionar alguna necesidad de la población. La necesidad de movilización puede ser atenuada mediante un sistema de transporte organizado, en Cali los buses son los llamados a encargarse de esta labor, y son también los que cargan con la peor fama entre la población. Un bus es un objeto indeseado pero necesario, su fama esta mediada por su comportamiento en la ciudad, generalmente, irrespetuosa e indiferente con los transeúntes. Se podrían dar muchos más ejemplos de las falencias de este servicio, pero vale la pena detenerse y pensar en las condiciones a las que se enfrentan los encargados de esta labor. Los choferes, conductores, “buseteros”, en su mayoría, son personas que trabajan para alguien más, este sistema los obliga a sobre-esforzarse para poder cumplir con las exigencias de sus jefes y juntar para un sueldo que les permita sostener a sus familias. El sobre-esfuerzo comprende horarios excesivamente largos y luchar hasta el final por cada posible usuario, es una competencia que en el país se conoce como la guerra del centavo, además de esto, ser constantemente tachados por la población general. Se podría decir que esta organización de cierta forma conlleva a justificar el comportamiento de los buseteros, ¿cómo se le puede pedir respeto a alguien que ha sido condenado por el sistema a ser sobreexplotado?
Este proyecto busca invitar a repensar la labor del busetero, es necesario reconocer la función que estos tienen y lo costos que eso implica. Una propuesta a ser participes de un cambio que empiece desde las pequeñas acciones. Un simple agradecimiento es un gesto de respeto por el otro, es comunicarle que su labor tiene importancia. Tal vez desde el respeto se pueda generar un cambio en las dinámicas de relación que prometan un futuro mejor.
Descripción del objeto y uso.
La instalación estará compuesta por dos dispositivos instalados en un bus de servicio público que se encargaran de detectar los momentos en los que algún cliente aborde o abandone un bus. En el primer caso, cuando alguien aborde el bus, se reproducirá a un volumen audible para todos los pasajeros una frase que represente un saludo formal, buenas tardes, buenas noches, buenos días. En el segundo caso, la reproducción corresponderá a una muestra de agradecimiento.
La pretensión es incomodar a los usuarios con una situación que exponga una anomalía injusta, generalmente las personas abordan y abandona un bus sin dar una mínima muestra de respeto al chofer, el objetivo es que esto cambie y esta es la estrategia planeada para invitar a ese cambio. En adición, se espera que el primer caso también incomode al chofer, pues este también es beneficiado por los usuarios que se acogen a su servicio, y en este modelo el respeto debe competer a ambos interlocutores.